34. El sabio es grande porque no se considera grande.
El gran Tao lo llena todo, como el agua que inunda a izquierda y derecha.
El Tao es omnipresente, la energía creadora de todo. Todo lo que percibes y lo que no puedes percibir es Tao. Imagínate un manto de energía que sale del Tao y que lo cubre todo.
Por lo tanto tu eres Tao. Tu eres es el creador de tu realidad. Tu proyectas tu interior hacia el exterior creando tu realidad. Es decir, tu realidad define una parte de tu interior.
Tao – Universo – Yo Superior – Yo terrenal – Mi realidad – Yo terrenal – Yo Superior – Universo – Tao.
Todo lo creado vive sostenido por el Tao. No excluye nada.
Si el Tao es el creador de todo, no puede excluir nada. Acepta todo como es, haz como el Tao, no excluyas a nada ni a nadie.
Si todo está en mi realidad, no debo juzgar nada, ni rechazar, ni etiquetar.
Acepta tu realidad parcial, acepta esta versión de ti, la que te ha tocado vivir y aprender.
El Tao realiza sus tareas sin descanso y aunque tiene éxito, no se lo atribuye.
- El Tao se crea constantemente a sí mismo, está en constante evolución.
- Con tu evolución, evoluciona el Tao.
- Con los aprendizajes de tu realidad expandes tu energía y la energía del Tao.
- El Tao te crea y tu lo evolucionas.
- Porque al final, tu eres en esencia Tao.
Ama y cuida la vida de todos los seres, pero no se adueña de nada.
El Tao es amor y el amor es Tao, dos maneras de nombrar la misma cosa.
Es creador de todas las realidades, pero no los controla como si fuera el dueño. El Tao propone con amor, pero no es estricto, tu puedes decidir.
El Tao es amor y actúa como tal. El amor no sirve para controlar.
Se le podría llamar pequeño, porque se mantiene alejado de los deseos.
El Tao no piensa, no tiene mente, ni deseos. No es un controlador. Es una energía creadora.
El Tao crea tu Yo y este crea tu realidad con la energía del Tao. Pero la intención del Tao no es controlarte, es enseñarte a expandirte.
El Tao no castiga, sufres tu mismo por separar en vez de unir con amor.
Se le podría llamar grande, porque aunque todo vuelve a él, no se sitúa como su dueño.
Todo vuelve al Tao, pero el Tao no lo controla. La energía del Tao te crea, pero luego vuelves a tu estado sin materia, vuelves al Tao.
Si el Tao es grande, porque todo lo crea sin controlar, tu eres grande, porque eres Tao.
Por eso el shengren nunca se considera grande y así llega a ser un grande.
Por eso el sabio no controla demasiado. Si el Tao no controla, el que quiere ser grande, debe aprender a fluir con la energía del Tao sin controlar demasiado.
No desees ser Tao porque ya lo eres. Cuando expresas el deseo de ser Tao, aceptas que no lo eres. Ser espiritual no es hacer, es deshacer.
Si quieres estar saludable no tienes que hacer, tienes que ser. Ser Tao, dejar fluir.
Debemos hacer menos cosas, manipular menos la realidad y solo vivirla. Observa que te dice tu realidad y vívelo.