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Tao – poema 32

32. Tu realidad es el vacío del Tao.

 

 El Tao nunca sigue costumbres ni nombres.

También traducido muchas veces como ‘El Tao es eterno y carece de nombre’.

El Tao es eterno y nunca actúa con reglas fijas para las personas, es más grande que cualquier nombre.

No puedes definir al Tao con un nombre. El Tao es eterno, omnipresente, es la esencia de todo, por lo tanto presente está en todo lo creado.

 

Aunque su sencillez no llama la atención, las personas lo siguen como subordinados sin poder de decisión.

Es una manera sencilla y modesta de vivir. Pero a la vez es imposible controlarlo bajo tu realidad.

El Tao es esencia, no lo puedes controlar desde tu realidad de ninguna manera, por mucho que te esfuerces. Ni desde la ciencia, ni desde la materia, ni siquiera desde la sutileza de la meditación o la oración.

Debes aceptar lo que el Tao tiene preparado para ti, no lo podrás evitar.

 

Si quien posee títulos de nobleza o va a ocupar el trono actúa con sencillez, todos lo acatarán como si fueran invitados.

Si los gobernantes pudieran aplicar esta sencillez y modestia como modo de vida, todos los seres les obedecerán de forma natural.

Los gobernantes somos todos, porque somos los gobernantes de nuestra realidad. Si sabes como actúa el Tao, puedes controlar a todos los seres.

Si sabes como no hacer nada, puedes controlar tu realidad. Somos los creadores de nuestra realidad, quién sabe volver a la sutiliza del Tao, domina su holograma.

Dominar tu realidad significa vivir con la sabiduría de que no la podrás controlar. ¿Porqué lo intentas constantemente?

 

Cuando se unifican el cielo y la tierra, desciende del cielo agua dulce.

Si el cielo y la tierra se fusionan, cae un suave rocío.

Intentar controlar tu realidad no tiene sentido. El cielo y la tierra simboliza tu espacio interior y tu vacío exterior. El vacío exterior lo creas con tus sentimientos y pensamientos de tu espacio interior.

Aunque creas que están en un caos, todo está en armonía con el Tao. La energía del Tao, cae de forma constante para armonizar tu realidad como debe ser y estar.

 

Aunque no se dé órdenes a la gente, de manera natural se llega a la armonía.

Si actuáramos desde el rocío anterior, no sería necesario que imponer reglas fijas. Entonces reinaría la paz de forma natural.

Todo lo que está manifestado en tu vida, busca el equilibrio natural. Si le das órdenes, lo puedes desequilibrar. Recuerda que al Tao no le gusta mucho la intervención humana. Se refiere que intervenir con fuerza, intentar cambiar las cosas porque no te gustan, puede romper la armonía.

No juzgues, no etiquetes, acepta al Tao, no pierdas energía inútilmente.

 

Desde los orígenes existía un sistema con nombres;

una vez existen estos nombres se comunican al cielo, y una vez que el cielo los conoce se llega a evitar el peligro.

Desde el principio de la humanidad existen reglas, leyes o restricciones. El cielo necesita conocer estas reglas para organizar a la humanidad. Si sabes donde parar estos nombres se evita el peligro.

Para el Tao todo es uno. Cuando el ser humano etiqueta, separa las cosas.

Todo está bien, no pongas la mente ni etiquetes. Si no pones etiquetas nunca tendrás lucha.

Tu y tu yo superior sois uno. Podemos estar en contacto e incluso fundirnos para acceder a su sabiduría, pero cuando clasificamos no apartamos y nos separamos.

¿Entonces los nombres o las clasificaciones son malas? Para el Tao no hay bueno ni malo, esto es separación. Los nombres y las etiquetas nos ayudan a entender la realidad.

Pero es cierto que nos lleva a emitir juicios. Cuando juzgamos aquí si que empieza la desconexión y la infelicidad, el peligro.

Debes parar los juicios morales, lo que quieres o no quieres te hará sufrir. Las cosas o las situaciones, solo son cosas o situaciones. El truco es no enfocarse en las situaciones que tu mismo has creado para vivir; es a la inversa, vive para crear cosas o situaciones.

 

Cuando el Tao está en el mundo, es como si un arroyo de montaña fluyera hacia un gran río o hacia el mar.

El Tao es como un río que siempre corre hacia el mar. Ayuda, educa y beneficia a todo el mundo y a todos les seres.

El gran río o el mar simboliza el Tao; los arroyos simbolizan las realidades.

El Tao es la esencia de todo. Lo sutil sostiene la materia. Por eso lo blando vence lo duro. En la sutileza de la energía está la sabiduría, en forma está la materialización. Tu realidad tiene origen en la energía, en el vacío del Tao.

 

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