El que no vive para sí mismo, goza de una larga vida.
El Cielo y la Tierra tienen una vida larga y eterna porque no tienen ego.
El Cielo y la Tierra dan sin pedir nada a cambio, por eso tienen una larga vida. El Cielo y la Tierra no se dan luz a sí mismos.
Nacimiento y muerte es un concepto de nuestra mente, en realidad no existe, por tanto eres eterno. Significa que el tiempo es otro concepto mental de nuestra realidad, para el Universo no existe como para nosotros. Entonces no vale la pena preocuparse por nuestra realidad.
Cada vez que vea el Cielo, la Tierra o las personas, piense en que forman parte de su realidad. Nuestra realidad es una proyección de nuestra mente. Por lo tanto no se preocupe por nada, a menos que le tenga en su mente.
El shenren (el que está en el camino del Tao) siempre se pone el último y por ello va primero en el sendero del Tao.
Ayuda a los demás, dejándose para él el último. EL Sabio, yendo el último no se siente el último, porque controla su ego.
La plena satisfacción del ego, se encuentra cuando este se supera y se actúa sin egoísmo. Cuando el ego está satisfecho, no pide ser atendido.
Pon también tu cuerpo en último lugar, es decir, desatiende las demandas de la sociedad: poder, estatus, dinero, lucha; como resultado se encuentra la salud.
No tenerse en cuenta uno mismo, es resultado es beneficio para uno mismo.
Este es el pensamiento femenino profundo. Si haces algo para los demás, obtendrás lo que quieres tu.
El Sabio pone su cuerpo fuera y consigue pero el cuerpo existe y continua con vida.
Significa saber que somos más que nuestro cuerpo, y también que no estamos ‘encerrados’ en él. El cuerpo forma parte de nuestra realidad, el Yo no. El Yo puede conectar con el Tao, es cuando puedes ver tu realidad como tal, no como realidad absoluta.
Para descubrir tu Yo, debes estar fuera de tu cuerpo material.