Función del Tao. Usa el Tao como el aire, de forma sutil y sin exceso.
El Tao está vacío, funciona a través de la nada.
El Tao se da en su justa medida, sin exceso, cada uno absorbe lo que está preparado según su vibración. La física cuántica dice que todo está creado por el mismo campo de energía. Este campo es como un manto de energía cósmica que lo cubre todo. Quizás así se entiende mejor el Tao.
No es tangible, no hay un mundo absoluto, cada realidad es relativa. Esta preparado para quién quiera recibirlo, solo debe ser llamado y el Tao baja. Llamar al Tao, significa pensar en él, poner la conciencia en él, sin distracciones ni pensamientos.
Desafila lo afilado, desenreda los enredos, suaviza la luz, los reduce a polvo.
Relaja el cuerpo y las cosas que te opriman. Cuanto más puedas relajar el cuerpo material mejor, el Tao fluye mejor en la sutileza. Elimina los sentimientos intensos para encontrar la armonía interior. Serena la mente dejando de lado las angustias. Mantén la mente tranquila y presente, sin distracciones. Sólo desde la relajación profunda puedes fundirte con el Tao.
De forma consciente te fundes con el aire que te envuelve, significa sentir el cuerpo sutil, como si no hubiera materia, sólo energía. Tomas consciencia de lo inmaterial, en ese estado puede bajar el Tao.
En este momento, piensa en el Tao y piensa en el cuerpo. La energía siente la mente. No debes conducirlo ni guiarlo, es más complejo. Sólo piensa en el Tao y luego piensa en tu cuerpo.
No sé de donde vengo, pero sé que existía antes de nacer, incluso antes de la materia.
A nivel más profundo, llegas a un estado que conoces. Es de dónde vienes, el origen. Vas a un estado de sentirte en tu Yo. Has llegado a tu Yo real, a tu Ego Cósmico, tu realidad pura, lo que eres realmente sin la realidad creada en esta encarnación (o tu holograma).